viernes, 11 de marzo de 2016


DOMINGO V DE CUARESMA


EVANGELIO:  Jn 8,1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él y, sentándose, les enseñaba. Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú ¿qué dices?; le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
 Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: El que esté sin pecado, que tire la primera piedra. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos al oírlo se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último.
    Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie. Jesús se incorporó y le pregunto: Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, Ninguno te ha condenado. Ella contestó: Ninguno, Señor. Jesús dijo: tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

REFLEXIÓN
Jesús está en el templo y llega un tropel de gente diciendo “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú ¿qué dices?”; Era una trampa: Si dice que la mujer no debía ser condenada, estaría en contra de la ley de Moisés. Pero, si dice que se le aplique la ley ¿dónde queda su misericordia?
 La respuesta fue: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Se situó más allá del terreno jurídico, en el que ellos se sentían seguros, y los colocó ante su conciencia, frente a Dios. Ninguno se sintió libre de pecado y ninguno comenzó el apedreo.
Jesús quedó a solas con la mujer y le pregunto: ¿Ninguno te ha condenado?”. Ante la respuesta de la mujer, Jesús le dijo: “yo tampoco te condeno. Vete y no peques más”
Jesús es radicalmente exigente al hablar de la indisolubilidad del matrimonio, hasta tal punto que una vez los discípulos dijeron:” pues siendo así no trae cuenta casarse”. Es tan exigente que dice:” se dijo a los antiguos no cometerás adulterio, pues yo os digo: cuando uno desea a una mujer casada ya ha adulterado en su corazón.” Pero siendo tan radicalmente exigente al anunciar su mensaje, es increíblemente comprensivo al juzgar la actuación concreta de las personas y hoy le dice a la adultera:" yo tampoco te condeno. Vete y no peques más".
Estamos en una sociedad de tribunales ambulantes, de jueces despiadados, donde el que la hace la paga.Si le hacemos caso a Jesús, y miramos a nuestro interior, nos convenceremos de que nadie puede comenzar el apedreo, y que hay otra salida: la misericordia.
La Buena Noticia de hoy:
Frente a la incomprensión, los juicios y condenas, los apedreos de la gente, descubrimos en la actitud de Jesús el verdadero rostro misericordioso de nuestro Dios. Y esta es la Buena Noticia de Hoy: Aunque nadie te comprenda, aunque todos te condenen, aunque te sientas perdido y no sepas a quien acudir, has de saber que Dios está de tu parte,  Dios comprende tu debilidad y perdona tu pecado. Ésa es la mejor noticia que podíamos escuchar.
Secundino Martinez Rubio



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