CORPUS CHRISTI
La Fiesta
de Corpus Christi nos invita a contemplar y celebrar el gran don de la
presencia real de Cristo vivo entre
nosotros en su cuerpo entregado y en su sangre derramada para la vida del mundo.
Mientras que el Jueves Santo se revive LA PRESENCIA de Cristo, que se nos
ofrece para ser REPARTIDO en el pan o en el vino, hoy día del Corpus, esa
PRESENCIA se ofrece para ser CONTEMPLADA Y ADORADA por el Pueblo de Dios,
Antes de morir, Jesús
nos hizo entrega de su Cuerpo, de su
presencia no meramente simbólica, sino “real”,”verdadera” y “substancial” en la Eucaristía. Hay
otras presencias de Cristo, en la
Comunidad , en la
Palabra de Dios, en los pobres…Pero el Cuerpo de Cristo en el
sacramento de la Eucaristía
es el signo viviente y primordial de la presencia del Señor entre nosotros y
sólo alimentados por esta presencia podemos reconocerle y servirle en las demás
presencias.
El Cuerpo de Cristo alcanza su pleno sentido
cuando lo comemos. Pero, es distintivo
de esta fiesta del Corpus manifestarlo,
mostrarlo públicamente, sacarlo a nuestras calles en PROCESIÓN como sacramento
de su presencia real entre nosotros. Exponer su Presencia para adorarla. Eso
pretende la Procesión: Mostrar la
presencia a los sentidos: A la Vista: Custodia, altares, adornos; olfato:
hierbas aromáticas, Oído música: danzas. No llevamos una imagen. Llevamos a
Cristo, presente en la figura del pan, por las calles de nuestra ciudad.
Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida cotidiana, a su bondad.
¡Que nuestras calles sean calles de Jesús! ¡Que nuestras casas sean casas para él y con él! Que en
nuestra vida de cada día penetre su presencia.
"Andamos necesitados de
sentido. Mucho. La pregunta religiosa por el más allá, por el sufrimiento, el
amor, la vida, la muerte y la eternidad, por el bien y por el mal, por el
principio de todo, por Dios... sigue mordiendo nuestras aparentes
tranquilidades. Enredados en muchas otras cosas, mucha gente no es capaz de enfrentarse, a
esas cuestiones, en las que nos lo jugamos todo".
La procesión del Corpus quiere manifestar
que el sentido de nuestra vida y la esperanza para nuestra muerte está
solo en Cristo, al que pedimos una bendición grande y pública para nuestra
ciudad: Cristo es, en persona, la bendición divina para el mundo. (Benedicto XVI).
Corpus Christi es el
Día de la Caridad. El amor brota siempre de una profunda experiencia, la de haber
sido amados primero por Dios. En la Eucaristía se hace palpable ese amor. De ahí que
la comunión con el Señor impulse nuestra caridad y nos comprometa a trabajar
por un mundo más justo y fraterno. Compartir la mesa del altar nos impulsa a
compartir y luchar para que se comparta la mesa de la vida.