sábado, 4 de abril de 2020

Llegamos a las puertas de una Semana Santa especial. El tiempo va pasando y avanzamos poco. No vemos la luz final. Y… va apareciendo el cansancio, el agotamiento, el desaliento, la tristeza…Ese es un camino peligroso. Necesitamos redoblar el aguante, la esperanza, sujetar los nervios y sobre todo, sobre todo, seguir pidiendo ayuda al Señor para que nos mantenga. “El es nuestro auxilio y escudo, en su santo nombre confiamos”, para no perder la esperanza. Oprimidos por el desaliento, vamos a la Pascua de la liberación




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