viernes, 14 de diciembre de 2018


DOMINGO III ADVIENTO (C)

EVANGELIO Lucas 3,10-18
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:  Entonces, ¿qué hacemos? El contestó: El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene y el que tenga comida, haga lo mismo. Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron: Maestro, ¿qué hacemos nosotros? El les contestó: No exijáis más de lo establecido. Unos militares le preguntaron: ¿Qué hacemos nosotros? El les contestó: No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga. El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga. Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.

REFLEXIÓN

Algunos de los oyentes de Juan el Bautista se sintieron interpelados por su llamada a la conversión y  le preguntaron: ¿qué podemos hacer?

 El Bautista no les propuso que hicieran nuevas celebraciones y  prácticas religiosas. No les pidió que hicieran sacrificios y penitencias. No les dio nuevos preceptos y normas, no les echó discursos complicados. Tampoco les anima que peregrinen a recibir al Mesías en el templo de Jerusalén. Sencillamente les dice: "El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, que haga lo mismo". A los recaudadores de impuestos que le preguntan que han de hacer, les contestó: No exijáis más de lo establecido. Unos militares  que le preguntaron les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga.
 Así de claro y sencillo. La mejor manera de preparar el camino a Dios es  compartir, no os aprovecharse de nadie, no abusar de los débiles, no vivir a costa de otros, no pensar solo en el propio bienestar: hacer una sociedad más solidaria y fraterna y menos injusta y violenta

¿Qué podemos hacer nosotros para abrir caminos a Dios en el mundo? Nuestras posibilidades de actuación son pequeñas. Todos conocemos más miseria e injusticia de la que podemos remediar con nuestras fuerzas. Ante una sociedad tan deshumanizada y nuestras escasas posibilidades, es difícil evitar la pregunta: ¿Qué tenemos hacer nosotros? El Bautista señala lo que tenemos que hacer: «El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene...; no exijáis más de lo que tenéis establecido...; no hagáis violencia a nadie,  no os aprovechéis...».

Sería bueno que, cada uno lo reflexionásemos despacio: ¿Qué tengo yo que hacer? Seguro que, a poco que reflexionemos, encontraremos la respuesta.

Según el Bautista, la conversión exige “aventar la parva” (saber seleccionar o elegir), “reunir el trigo” (ir a lo más importante y no quedarse en las ramas)  Es hora ya de ir a lo esencial,  de actuar. No podremos quitar todo el mal del mundo, pero podemos empezar a limpiar un poco el portal de  nuestra vida.

El adviento, no lo olvidemos, es tiempo de conversión, de cambio profundo de vida, de actitudes y de comportamientos pero, en este tercer domingo, prima la alegría que estamos llamados a sentir “los que esperamos un Salvador, el Señor Jesús”. ¡Ojala que, en los días que quedan todavía para ese acontecimiento, vivamos muy intensamente la espera! Con una esperanza confiada, alegre y activa.

Feliz domingo
SMR

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