CUANDO LLEGUE A LOS UMBRALES DE TU CASA
Cuando llegue a los umbrales de tu Casa,
me estarás aguardando, Señor, en el camino.
Me mirarás a los ojos.
Luchará por salir de mi boca un “yo no merezco ser tu hijo” que ahogarás con tu abrazo y tu beso estremecido.
me estarás aguardando, Señor, en el camino.
Me mirarás a los ojos.
Luchará por salir de mi boca un “yo no merezco ser tu hijo” que ahogarás con tu abrazo y tu beso estremecido.
Llegaré cansados los pies de mil caminos,
las manos vacías y el corazón… lleno de nombres.
Y hablaremos.
las manos vacías y el corazón… lleno de nombres.
Y hablaremos.
Te hablaré del camino,
te diré de mis sueños cumplidos y,
también, de otros muchos que se fueron al olvido.
Te hablaré de esperanzas e ilusiones,
de caídas y cansancios,
de las veces que me extravié por mil caminos.
te diré de mis sueños cumplidos y,
también, de otros muchos que se fueron al olvido.
Te hablaré de esperanzas e ilusiones,
de caídas y cansancios,
de las veces que me extravié por mil caminos.
Con algo de vergüenza, Señor,
te hablaré de mis pecados,
recordaré mis caídas y cansancios por los vericuetos de la vida.
Sabrás de mis lágrimas y gozos.
Hablaremos de la luz y la sonrisa,
del sabor de la amistad…. de la alegría de partir tu Pan con los hermanos.
te hablaré de mis pecados,
recordaré mis caídas y cansancios por los vericuetos de la vida.
Sabrás de mis lágrimas y gozos.
Hablaremos de la luz y la sonrisa,
del sabor de la amistad…. de la alegría de partir tu Pan con los hermanos.
Me acariciará tu mirada, que es amor,
y asombrado descubriré que siempre estuviste junto a mí,
dentro de mi mismo, aunque no te supiera ver mi fe titubeante.
y asombrado descubriré que siempre estuviste junto a mí,
dentro de mi mismo, aunque no te supiera ver mi fe titubeante.
Cuando llegue al umbral de tu Casa, Señor,
me mirarás a los ojos y, con tu mirar, que es amar, nos diremos ¡tantas cosas!
me mirarás a los ojos y, con tu mirar, que es amar, nos diremos ¡tantas cosas!
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